A pesar del papel protagonista que suelen jugar los hombres al sainete, este rompe con todos los esquemas, mostrando una mujer bella, inteligente y diligente, quien conseguirá salvar su hombre de un puñado de infortunios. El hombre, un carnicero bastante ignorante y fácil de engañar no tiene ilusión mayor que recuperar la propiedad donde nació y creció: «la Flor de l’Horta». Después de tener que vender esta propiedad y buscar trabajo, la encuentra, como carnicero. En la carnicería conoce su actual mujer, una clienta habitual que acaba llevándose a casa carne, compromiso y un amor para toda la vida. Es ella quien, ahorrando durante muchos años y sabiendo llevar las cuentas de la casa a la perfección, consigue comprarle esa propiedad tan anhelada, eso sí, en secreto y con la ayuda de su criado. La trama está amenizada por una criada un tanto atrevida, la encantadora sobrina de la protagonista, y un grupo de cretinos que intentarán engañar con sus buenas palabras lo bueno del carnicero, intentando robarle un buen puñado de dinero, y hasta todo su mujer. Pero la mujer sale airosa de la situación, y con su inteligencia y picardía consigue hacerse con «la Flor de l’Horta» y entregar su amado marido de tan viles estafadores. «Així devien ser totes!»